En los amigos los adolescente buscan seguridad. Pero, en
ocasiones, incluso cambian algunas de sus propias creencias o ideas por
dejarse llevar cuando se sienten incomprendidos.
Las conductas
sociales se inician a los 13 años
En los grupos de amigos, los adolescentes
creen que se comportan como adultos, viven en su propia "sociedad" con
sus reglas establecidas. Pero hay que tener en cuenta que es un
trampolín para saltar al resto de la sociedad, no un refugio donde
esconderse.
En ocasiones la dependencia de grupo de amigos es tan
grande que trae consigo la renuncia a un planteamiento de vida o aun
determinado ideal. Los grupos son temporales y de ellos se pasa a una
vida social más amplia y a una relación más estrecha: la pareja.
Los
adolescente no problemáticos viven e grupo de amigos como una etapa de
transición hacia la madurez, pero para los más problemáticos, la
pandilla es su objetivo y se puede quedar anclado en esa microsociedad
hecha a su medida.
Las malas influencias
No
está claro el papel que pueden jugar los amigos en el inicio de
distintos “malos hábitos” como las drogas o el tabaco. Por ejemplo,
algunos estudios demuestran que en el consumo de tabaco son los amigos
los que lo propician, pero otros apuntan a la influencia de los padres o
los hermanos mayores.
A pesar de los temores, la mayoría de los
adolescentes no hacen determinadas cosas sencillamente por que no les
gusta a los padres. Necesitan probar muchas opciones y conocer diversos
puntos de vista, pero curiosamente, los resultados de muchos estudios
demuestran que suelen adoptar los más parecidos a los de sus padres.
Pero
es muy difícil no dejar de preocuparse. Una buena manera de saber con
quien “anda” nuestro hijo es buscar ocasiones para conocerlos. Por
ejemplo, darles facilidades para que se reúnan en nuestra casa y dejar
que tengan un espacio donde hablar con intimidad, escuchar música, ver
una película....
Si el adolescente está a gusto con su familia,
no rechazará la invitación de traer sus a amigos a casa. No es necesario
estar encima del grupo, pero si observar desde lejos cómo se comportan y
se relacionan entre ellos. No hay que mantener una constante
vigilancia, pero si demostrar interés por su pandilla.
Cómo
actuar si no nos gustan sus amigos
Antes que nada hay que
aprender a no juzgarles por su apariencia externa. Pero si a pesar de
haberlos analizado en profundidad seguimos pensando que no son
adecuados, debemos evitar decírselo constantemente: cuanto menos nos
gusten nosotros, más les gustarán a ellos.
Una buena manera de
hacerle pensar si conviene que se integren o no en determinado grupo es
reflexionando con ellos determinadas cuestiones:
- Ha bajado las
notas del colegio
- Habla utilizando más palabrotas
- Ha cambiado
drásticamente su forma de vestir
Y también promoviendo reuniones
o encuentros con amigos menos conflictivos. Pero n hay que olvidar que
si el bagaje moral que ha recibido en su familia es bueno, las malas
compañías serán pasajeras.